martes, 20 de septiembre de 2011

Mil Grullas - La historia de Sadako

Como ya he comentado desde niña suelo hacer grullas de origami. Tal vez tendría unos 4 o 5 años cuando mi padre me enseñó a hacerlas y desde entonces cada que tengo un pedazo de papel las hago. No se cuantas habré hecho pero se que muchas.

Estando en la preparatoria conocí a una muchacha japonesa que me contó que según la leyenda si uno hacía 1,000 grullas al término se pedía un deseo y se cumplía.

Recientemente me topé con la historia de Sadako Sasaki, una niña japonesa nacida en 1943. Tenía 2 años cuando cayó la bomba en Hiroshima. Sadako era una niña feliz, atlética, fuerte y valiente. Era una corredora veloz, nunca perdió una carrera. Participó en una carrera de relevos en el día del Deporte. 

A fines de Noviembre de 1954, Sadako tuvo un resfriado y le salieron unos bultos en el cuello y atrás de las orejas. Los bultos se expandieron hinchándole la cara como si tuviera paperas. Después de Año Nuevo fue llevada a una clínica cercana para revisarla. Para fines de Enero le salieron manchas púrpuras en la pierna izquierda. 

Inicialmente pensaron que era gripe, pero Sadako fue enviada a un hospital para que le realizaran análisis más precisos. El diagnóstico fue Leucemia. En Febrero 18 un doctor le dijo al padre de Sadako: "Le queda máximo un año. Debe ser hospitalizada de inmediato". Su padre no podía creer que su hija tuviera una enfermedad tan grave. Le explicó a Sadako, "Debes ir al hospital por un rato mientras esos bultos desaparecen". En Febrero 21, Sadako ingresó al Hospital de la Cruz Roja de Hiroshima.

En Julio, una niña de 5 años de edad de nombre Yuki falleció de leucemia. Su cara tenía las mismas manchas que Sadako tenía en las piernas. Después de que Sadako y su compañera de cuarto fueron a darle el último adiós a Yuki, Sadako dijo sorpresivamente: "Me pregunto si voy a morir de esa manera". A pesar de que las transfusiones de sangre eran dolorosas, Sadako nunca se quejó ni lloró de dolor. Sin embargo, después de la muerte de Yuki por leucemina, ocasionalmente se quejaba despacio con las enfermeras: "Es mi turno, no es así?"

Alrededor de Mayo cuando su condición se estabilizó un poco, se le permitía salir los fines de semana a su casa. Su doctor quería que Sadako disfrutara lo que le quedaba de vida. 

En Agosto 3, grullas de origami hechas de papel multicolor fueron enviadas al hospital por gente de Nagoya para motivar a los pacientes. Muchos de ellos empezaron a hacerlas también. Uno de esos pacientes fue Sadako quien conociendo la historia de que si uno hace 1,000 grullas se puede pedir un deseo, tenía el propósito de hacerlas para pedir mejorar de salud.

Sadako continuamente le decía a su padre: "Soy una mala hija, no es así? He hecho que gasten mucho dinero por mi enfermedad". Que Sadako dijera eso causaba mucho dolor a su padre. La familia estaba muy endeudada por los gastos del hospital. Sin embargo, hacían lo posible por hacerla feliz. 

A fines de Septiembre, el conteo de células blancas de Sadako se había incrementado. Su condición se deterioró gradualmente, hasta que no pudo caminar sin ayuda. En la mañana de Octubre 25, rodeada por su familia, a la edad de 12 años, Sadako falleció. 

Sus amigos de la escuela estaban impactados por su muerte. Discutieron que podrían hacer por ella. Alguien sugirió hacer un monumento que fuera tanto por Sadako como por todos aquellos niños que habían muerto por la bomba atómica. Formaron un club y empezaron a recolectar dinero. Muy pronto, estudiantes de todos los grados también ayudaron. Y dado que la historia de Sadako había salido en las noticias, estudiantes de todo el país también hicieron donativos para hacerle un monumento. 

El Día del Niño (5 de Mayo) de 1958, el monumento fue terminado. La figura de Sadako sostiene en lo alto una grulla, levantando la esperanza de que no mueran más niños de ningún lugar a causa de una guerra.

Hay una placa al pie del monumento que dice: 

Este es nuestro llanto
Este es nuestro rezo
Paz en el Mundo








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